Si tienes alguna duda sobre la cirugía estética, plástica o reparadora, consulta nuestras Preguntas Frecuentes. Seguramente, como tú, muchas otras mujeres nos han hecho las mismas preguntas, ya que les preocupan los mismos temas. Si tienes alguna otra pregunta, y crees que podría ser interesante que la incluyésemos, no dudes en planteárnosla. Gustosamente la contestaremos.

En algunas ocasiones las cicatrices no son tan buenas como nos gustaría, esto depende de factores personales, de la localización de las incisiones y  de los cuidados postoperatorios. Antes de la intervención es importante que sea bien informada de la longitud y dónde van a estar asentadas, así como de la calidad prevista.

El método para realizar la tracción de la piel remanente en el muslo, depende de su anatomía y de nuestras recomendaciones. La incisión suele ser hecha bien sólo en la cara interna del muslo cerca de la ingle o puede ser necesario llevarla al pliegue glúteo, o de forma vertical discurrir por la cara interna del muslo. Hay distintos diseños pero las cicatrices resultantes suelen ser en patrón lineal, en L invertida o en T, según las características de cada caso. 

Algunas mujeres refieren áreas de piel con sensibilidad disminuida cerca de las incisiones, estos síntomas generalmente desaparecen  con el tiempo, pero pueden ser permanentes en algunos casos en pequeñas áreas. 

En general será suficiente con un analgésico tipo paracetamol, ibuprofeno o metalizol vía oral cada 8 horas a partir del día siguiente de la intervenición, pero la deambulación estará disminuida durante los primeros días para no traccionar de las suturas, conseguir la cicatrización de las porciones de piel despegadas,  evitar la aparición de complicaciones como hematomas o seromas y la pérdida prematura de los drenajes.

Durante el día de la operación es preciso que te acompañe un adulto responsable y del mismo modo que alguien te ayude en tu vida habitual durante los primeros días, hasta que te recuperes y puedas desenvolverte por ti misma. El correcto cierre de las heridas, como en todas las intervenciones, suele conseguirse a partir de los primeros 15-20 días. Si sigues nuestros consejos sobre cuándo comenzar a realizar ejercicio y actividad normal, tus resultados serán mejores.

Los pacientes fumadores tienen un mayor riesgo de complicaciones leves y graves como pueden ser las infecciones, necrosis cutánea y posibilidad de trombosis venosas. 

El día de quirófano el paciente debe haberse duchado con un jabón neutro y venir con al menos 6-8 horas de ayunas totales tanto de líquidos como de sólidos, sin haberse aplicado ninguna crema corporal para evitar que se borren las marcas que se realizan con el paciente despierto antes de dormirle, sin llevar ningún objeto metálico en la superficie corporal (anillos, pendientes, piercing, etc), y sin pintura de uñas para permitir la correcta monitorización.

Los pacientes fumadores presentan mayor índice de complicaciones, como infecciones, retardos en la cicatrización de las heridas y zonas de posible sufrimiento cutáneo y necrosis grasa, así como de trombosis venosa profunda y tromboembolismo. 

Habitualmente suele durar unas 2 horas  y media pero dependerá del grado de complejidad de la misma y si se van a hacer varias técnicas a la vez o no.

Durante los 2 ó 3 primeros días el paciente suele precisar ayuda de sus acompañantes para levantarse, asearse o desplazarse. Se suele aconsejar permanecer en casa acompañado, con deambulación progresiva, vistiendo ropa cómoda y evitando la realización de cualquier esfuerzo que pudiera ocasionar sangrados o dehiscencia de los puntos de sutura. Tras esos primeros días el paciente no suele presentar dolor ni limitación para deambular, pero debe seguir las recomendaciones postoperatorias dadas para evitar posibles complicaciones.

Como cualquier otra intervención, debemos evitar la tensión de los bordes de las heridas, procurar limpiarla una vez al día con agua y jabón, secarla bien y aplicar un desinfectante y un vendaje adecuado que impida el contacto de la herida con ropa u otras sustancias.

Las heridas quirúrgicas deben mantenerse limpias y secas, evitando en lo posible que se maceren o pueda entrar a través de ellas algún germen o microbio. Así mismo debemos evitar la exposición solar intensa en los siguientes meses a la intervención para evitar que se nos pigmenten mientras están en proceso de maduración de las cicatrices. Se suele aconsejar el uso de cremas hidratantes y parches de silicona o poliuretano para prevenir que se ensanchen las cicatrices.

Los drenajes se retiran bajo el criterio del cirujano cuando dejan de recoger líquido del lecho de la herida, lo cual suele ocurrir hacia el 4-5 día.

Habitualmente es de un mes,  salvo que se vaya a hacer mucho deporte o que el trabajo del paciente tenga un gran componente de fuerza física, lo cual ocasionaría que ésta debería ser prolongada.

Las variaciones importantes de peso, el fumar y el no seguir las instrucciones dadas en el postoperatorio pueden hacer que el resultado no sea tan bueno como podríamos esperar.

Durante los primeros días es aconsejable que algún familiar o amigo nos acompañe.

No esperes tener un aspecto óptimo justo después de la cirugía; además te encontrarás más pesada debido al exceso de fluídos que se administran. Las áreas liposuccionadas estarán hinchadas y con hematomas y se puede tener una sensación de quemazón o dolor ligero que responde bien a los analgésicos habituales. Puede perderse sensibilidad en la zona tratada que se recuperará de forma progresiva. La curación es un proceso gradual. En general te pediremos que comiences a andar tan pronto como te sea posible (para prevenir la formación de trombos venosos en las piernas) y al día siguiente sueles poder salir de casa a dar un paseo ligero si el procedimiento no ha sido muy extenso, aunque no debes realizar actividades intensas durante 2 a 4 semanas. Habitualmente podrás volver a trabajar en 2 ó 3 días, aunque dependerá de la extensión del procedimiento y las circunstancias personales y laborales.

Tras la intervención se colocará una faja, medias o vendaje elástico sobre la zona tratada para controlar el hinchazón y el sangrado, y para ayudar a la piel a adaptarse al nuevo contorno, que suele ser necesario llevarlo durante 3-4 semanas y posteriormente sólo durante el día unas semanas más.

Las cicatrices de la liposucción son mínimas (no más de 3 - 4 mm de longitud) y situadas estratégicamente para que queden escondidas. Los puntos serán retirados entre los 5 - 10 días tras la interviención.

Las complicaciones graves son muy poco frecuentes afortunadamente, sin embargo, como toda cirugía presenta riesgo de complicaciones y aunque poco habituales, pueden producirse. Se minimizará el riesgo si nos ponemos en manos de un equipo con experiencia y cumplimos con sus recomendaciones. Sin embargo, pueden presentarse algunos problemas estéticos, independientemente de la experiencia del cirujano plástico, como pueden ser las ondulaciones sobre la piel tratada (más frecuentes en pacientes añosas, con piel deteriorada o muy fláccida), cambios de pigmentación que pueden ser permanentes si nos exponemos al sol en el postoperatorio inmediato y en algunos casos asimetrías, que muchas veces mejoran con el tiempo o tratamientos alternativos como carboxiterapia, masajes linfáticos, etc.

El tratamiento de los excesos cutáneos que alteran nuestro contorno corporal suele ser algún tipo de dermolipectomía (abdominoplastia, lifting de muslos, etc). En aquellas pacientes que presentan de base gran flaccidez cutánea (p.ej faldones abdominales tras pérdidas masivas de peso), la liposucción puede ocasionar un agravamiento de las arrugas cutáneas. Sin embargo, en determinados casos podemos asociar ambos procedimientos de cara a conseguir un mejor resultado desde el punto de vista estético.

La cirugía no puede detener el paso del tiempo ni nuestro envejecimiento natural.

La liposucción es una técnica muy efectiva para proporcionar un nuevo contorno corporal con cicatrices mínimas y los resultados pueden ser estables siempre y cuando mantenga la paciente una estabilidad ponderal, para lo cual hay que mantener unos hábitos de vida saludables con una dieta adecuada y práctica de ejercicio regular.

Si tras la intervención gana peso lo hará de manera más homogénea y no sólo en los depósitos localizados de grasa.

La mayoría de las pacientes están muy satisfechas.

La cirugía no puede detener el paso del tiempo ni nuestro envejecimiento natural.

La liposucción es una técnica muy efectiva para proporcionar un nuevo contorno corporal con cicatrices mínimas y los resultados pueden ser estables siempre y cuando mantenga la paciente una estabilidad ponderal, para lo cual hay que mantener unos hábitos de vida saludables con una dieta adecuada y práctica de ejercicio regular.

Si tras la intervención gana peso lo hará de manera más homogénea y no sólo en los depósitos localizados de grasa.

La mayoría de las pacientes están muy satisfechas.

Habitualmente la cirugía se realiza en un quirófano bajo anestesia general. El aumento mamario con introducción de prótesis,  se realiza a través de una pequeña incisión que se coloca, dependiendo de la anatomía de la paciente y de sus preferencias, alrededor de la areola, en el surco bajo el pecho o en la axila. La incisión se diseña para que la cicatriz resultante sea casi invisible.

A través de esta incisión se levanta el tejido mamario, se crea un bolsillo y se coloca la prótesis, directamente debajo del tejido mamario o parcialmente debajo del músculo pectoral. Se colocan en algunos casos unos tubos de drenaje que se retirarán en unos días y un apósito o un vendaje sobre las mamas. El procedimiento dura unas 2 horas y suele ser preciso el ingreso, dándose el alta al día siguiente. Con un poco de organización previa, eligiendo bien la época en que te vas a operar y siendo consciente de lo que estas operaciones conllevan, la experiencia puede ser muy buena.

Asegúrate además, de que algún familiar o acompañante pueda llevarte a casa cuando se te dé el alta y que, en caso necesario, puedan ayudarte un par de días.

La correcta observación de las  recomendaciones y cuidados prescritos, nos proporcionará un postoperatorio más tranquilo y confortable. Además, el resultado estético depende, en gran parte, de los mismos.

Los resultados tras un aumento mamario suelen ser muy gratos para la

paciente. Las revisiones por tu cirujano plástico y las mamografrías y ecografías periódicas (si le corresponden por su edad), asegurarán que si hubiese alguna complicación sea detectada a tiempo y solucionada.

La decisión de someterse a un aumento mamario es algo muy personal,y no todo el mundo tiene porqué entenderlo. El éxito de la operación pasa siempre por que la paciente estás satisfecha con el tamaño y la forma de sus senos.

Tras la cirugía de mamas es normal encontrarse algo cansada y dolorida unos días, pero podrás hacer vida casi normal en unos 4-5 días.

La mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación analgésica prescrita, aunque las mamas pueden doler un par de semanas. El vendaje o los apósitos serán retirados en unos días, siendo sustituidos por un sujetador especial y en algunos casos se asocia una banda torácica elástica, que deberás llevar de la manera que se te indique.

Es normal tener una sensación de ardor en los pezones durante las dos primeras semanas, los puntos se retiran entre los 7 y 14 días y el edema (hinchazón) no cede completamente hasta las 4 ó 6 semanas.

Tras un aumento mamario podrás volver al trabajo en 3 o 4 semanas, dependiendo de la actividad que realices.

Sigue las instrucciones acerca de qué ejercicios puedes realizar. Se evitará levantar objetos por encima de la cabeza durante unas 3 a 4 semanas. Tus mamas estarán más sensibles de lo normal durante 2 a 3 semanas, por lo que puede ser conveniente evitar un contacto físico excesivo durante ese período. Lo recomendable es evitar el ejercicio físico intenso al menos 2 meses para evitar posibles complicaciones.

En el aumento mamario, la complicación más frecuente es la no obtención de los resultados debido a expectativas no realistas u otras complicaciones.

La siguiente sería la contractura capsular, que ocurre cuando la cicatriz interna que se forma alrededor del implante se contrae en exceso, haciendo que la mama se vuelva más dura. Es más común cuando el implante se coloca debajo de la glándula. Puede ser tratada de diversas maneras, requiriendo en ocasiones extirpar dicha cicatriz interna, e incluso, recambiar la prótesis.

Otra complicación propia de cualquier cirugía es el hematoma, que sólo en casos concretos, precisa de una nueva intervención para eliminar la sangre acumulada. Un pequeño porcentaje de mujeres puede tener una infección alrededor de la prótesis, normalmente en las primeras semanas después de la cirugía lo cual conllevaría la retirada del implante y tratamiento antibiótico específico.

Algunas mujeres notan los pezones más o menos sensibles, e incluso, sin sensibilidad. Estos cambios suelen ser temporales, aunque en unos pocos casos serán permanentes. No existe evidencia de que las prótesis de mama afecten la fertilidad, el embarazo o la lactancia.

Al principio las cicatrices estarán rosadas, aspecto que mejorará continuamente desde las 6 semanas hasta cumplir el año de la intervención, momento a partir del cual, el resultado será casi definitivo. Se suele recomendar el uso de apósitos de silicona o poliuretano tras la retirada de los puntos para evitar que las cicatrices se ensanchen y se pigmenten por el sol.

La cirugía no detiene el paso del tiempo ni los efectos que la ley de la gravedad tiene sobre tus pechos. Cuanto más grande sean tus implantes más pesarán tus mamas. Es aconsejable la utilización de un sujetador para evitar que estos fenómenos se aceleren así como mantener un peso estable.

Un implante de mama es un envoltorio (cubierta del implante) el elastómero de silicona, relleno de gel de silicona o de una solución salina. Hay distintos fabricantes y existe una amplia gama de opciones de formas, tamaños, perfiles, texturas de superficie y niveles de cohesividad de implantes mamarios.

Dependiendo de la forma de pecho que la paciente desee conseguir, elegiremos un implante redondo o uno anatómico (tienen forma de lágrima). Los implantes de mama se miden en centímetros cúbicos o cc, no en tamaños de copa de sujetador.

El tamaño del implante que se utiliza depende del tamaño y la forma del pecho que quiere obtener cada mujer y por tanto hay que individualizar. La misma prótesis en distintas mujeres da un resultado diferente.

Asimismo, evaluaremos la cantidad de glándula mamaria, grasa y piel, para determinar si presentas suficiente tejido como para cubrir el implante que te estás planteando. Si deseas un tamaño de prótesis que es demasiado grande para ti, podría ocurrir que se vean o se sientan los bordes del implante después de la cirugía. Además, unos implantes excesivamente grandes podrían acelerar los efectos de la ley de la gravedad sobre el pecho, y provocar que el pecho se caiga a una edad más temprana, e incluso provocar dolores de espalda, cervicales o de hombros.  Cuanto más grandes sean las prótesis más posibilidad de complicaciones.

Cada tipo de implante tiene sus indicaciones, según las características del problema que queramos solucionar, las preferencias del cirujano y de la paciente y según los riesgos y complicaciones que queramos asumir.

Por norma general, cuanto más pequeños sean los implantes, y más tejidos lo cubran, más difícil será distinguir entre implantes redondos y anatómicos.

Con los implantes redondos, la parte superior de las mamas suele tener un aspecto más redondeado inicialmente, pero con el tiempo y por el efecto de la gravedad y el envejecimiento de la piel, la parte superior de las mamas se vaciará y descenderá rellenando los polos inferiores, con lo que pueden parecer más “anatómicas” o en lágrima. En caso de que roten sobre sí mismos, no tendrá repercusión en el aspecto exterior, lo cual puede ser una ventaja en pacientes que hagan mucho ejercicio o no quieran asumir el riesgo de rotación.

Los implantes anatómicos presentan una serie de ventajas pero también unos inconvenientes específicos por su forma, pudiendo alterar el aspecto exterior del resultado en caso de que roten.

Que una prótesis anatómica rote depende de muchas causas, unas conocidas y otras no, unas dependientes de la técnica del cirujano (amplitud del bolsillo que aloja a la prótesis, plano de coloración supra o infra pectoral, etc) y otras por las características del paciente y el tipo de ejercicio o movimiento que hace el paciente con sus mamas (dormir boca abajo, ejercicio de brazos intenso, utilización de sujetadores con relleno que deformen la cápsula y tiendan a desplazar la prótesis, etc).

La silicona se deriva del silicio, un elemento semimetálico o parecido a un metal, que en la naturaleza lo podemos encontrar en la arena de playa, los cristales y el cuarzo, formando sílice que es la sustancia más común de la tierra. La silicona se haya en muchos artículos de uso habitual en el hogar, como barnices, cremas bronceadoras y de manos, barras de labios, anti-traspirantes, jabones, comidas procesadas, revestimientos impermeables y el chicle. También se emplea a menudo en muchos dispositivos médicos como marcapasos, válvulas cardíacas, materiales de sutura, lubricantes y recubrimientos de agujas o jeringas, bolsas de sangre y productos para el cuidado de los niños. Además de su demostrada seguridad, la  consistencia de la silicona proporciona un tacto muy natural al pecho.

La cubierta de un implante mamario puede variar, según la casa comercial que elijamos y el modelo dentro de cada marca. En el mercado podremos encontrar implantes con superficie lisa, nanotexturadas, microtexturadas y macrotexturadas. La elección dependerá de las preferencias del paciente y del cirujano.

La seguridad de los implantes con silicona médica está claramente establecida y avalada por estudios científicos rigurosos y las autoridades sanitarias. Actualmente en cirugía plástica existe controversia en este tema debido a las investigaciones que se están realizando desde 2011 por las autoridades sanitarias,  para establecer la posible  relación o no del uso de estos dispositivos con la posibilidad de desarrollar la rara enfermedad conocida como linfoma anaplásico de células grandes ALK negativo, que es un tipo de linfoma extremadamente infrecuente, que puede aparecer con el tiempo en la cápsula que se forma alrededor de cualquier tipo de implante artificial en el cuerpo.

Es extraordinariamente infrecuente que las prótesis pueden romperse, haciendo que el contenido salga fuera de su cápsula. Cuando la prótesis está rellena de suero, el líquido se reabsorbe rápidamente sin producir ningún daño, disminuyendo la mama de volumen en unas horas. Si está rellena de silicona pueden pasar dos cosas: si la cápsula formada por el organismo no se rompe, no notará ningún cambio; si se ha roto, especialmente cuando ha sido sometida a mucha presión, la silicona sale disminuyendo el volumen de la mama y debe ser retirada lo antes posible.

Con ambos tipos de prótesis será necesario una nueva intervención para reemplazarla. No hay pruebas de que los implantes de silicona sean responsables de ninguna de las enfermedades del organismo humano. Las mujeres y los hombres estamos expuestos constantemente a la siliciona en nuestra vida diaria.

Actualmente se encuentra en investigación la relación de las prótesis mamarias con el desarrollo de una rara enfermedad llamada linfoma anaplásico de células grandes, que se puede presentar con cualquier tipo de dispositivo protésico como pueden ser las prótesis dentales, de rodilla, cadera, etc.

Tras la operación de aumento de pecho ¿Cuál es la vida media de un implante?

Las prótesis de mama no son dispositivos eternos, por lo tanto es posible que sea necesario sustituirlos en algún momento de la vida de la paciente. La duración varía de una mujer a otra.

Los dispositivos que usamos hoy en día son de gran calidad y en muchos casos no precisarán sustitución en función de la esperanza de vida de la paciente y las posibles complicaciones. Como promedio, la expectativa de vida de un implante mamario es de entre 10 y 20 años.

Las prótesis de mama no son dispositivos eternos, por lo tanto es posible que sea necesario sustituirlos en algún momento de la vida de la paciente. La duración varía de una mujer a otra.

Los dispositivos que usamos hoy en día son de gran calidad y en muchos casos no precisarán sustitución en función de la esperanza de vida de la paciente y las posibles complicaciones. Como promedio, la expectativa de vida de un implante mamario es de entre 10 y 20 años.

Con ambos tipos de prótesis será necesario una nueva intervención para reemplazarla. No hay pruebas de que los implantes de silicona sean responsables de ninguna de las enfermedades del organismo humano. Las mujeres y los hombres estamos expuestos constantemente a la siliciona en nuestra vida diaria.

Actualmente se encuentra en investigación la relación de las prótesis mamarias con el desarrollo de una rara enfermedad llamada linfoma anaplásico de células grandes, que se puede presentar con cualquier tipo de dispositivo protésico como pueden ser las prótesis dentales, de rodilla, cadera, etc.

Tras la operación de aumento de pecho ¿Cuál es la vida media de un implante?

Las prótesis de mama no son dispositivos eternos, por lo tanto es posible que sea necesario sustituirlos en algún momento de la vida de la paciente. La duración varía de una mujer a otra.

Los dispositivos que usamos hoy en día son de gran calidad y en muchos casos no precisarán sustitución en función de la esperanza de vida de la paciente y las posibles complicaciones. Como promedio, la expectativa de vida de un implante mamario es de entre 10 y 20 años.

Meterse en una cabina de bronceado artificial o tomar el sol no dañará el implante pero puede afectar a las cicatrices. Deberá evitar la exposición de las cicatrices  como mínimo durante un año después de la cirugía, ya que podrían oscurecerse de forma permanente.

Se suele aconsejar esperar unos meses antes de volver a llevar un sujetador con aros, ya que el cuerpo estará generando tejido cicatricial alrededor del implante durante al menos 3 meses. Durante este tiempo la presión de los aros podría hacer que el tejido cicatricial se formara creando una hendidura en la zona de los aros o del relleno del push up que sería permanente.

Además el uso de sujetadores con relleno podría ocasionar desplazamientos no deseados de las prótesis, así como rotación de las mismas por lo cual en general se desaconseja su utilización a perpetuidad especialmente en las pacientes que llevan prótesis de tipo anatómico.

Esto depende de múltiples factores, como el tipo de implante, la disección del bolsillo, la forma en que tu cuerpo sostiene el implante y si existe o no algún grado de contractura capsular.

Es posible pero muy poco habitual y en gran medida depende del tamaño del implante y la elasticidad de la piel.  Si te preocupa esto, opta por un tamaño de implante más pequeño para minimizar el estiramiento o elige un implante ajustable para ir estirando lentamente la piel durante un plazo de tiempo.

Las pacientes fumadoras presentan mayor incidencia de complicaciones tanto en relación con la cirugía como con la anestesia. Además influyen en el proceso de cicatrización postoperatoria ya que fumar hace que los vasos sanguíneos se contraigan, reduciendo el flujo sanguíneo y el oxígeno que la sangre transporta a la zona quirúrgica. Cuando se reduce el flujo sanguíneo los tejidos cicatrizan más lentamente. En general se aconseja disminuir en lo posible o incluso suspender el fumar de 2 a 5 semanas antes y después de la cirugía.

En algunos casos la operación no limitará tu capacidad para dar de mamar si te quedas embarazada, sin embargo, el resultado estético de esta intervención depende de la relación que se establece entre los distintos elementos que conforman tus mamas. Si alguno de ellos cambia de forma o volumen, el resultado final del conjunto se verá afectado. Esto puede ocurrir tanto en embarazos como cuando hay grandes variaciones de peso.

Muchas mujeres con implantes mamarios han amamantado con éxito a sus bebés. Los estudios actuales indican que las mujeres con implantes, ya sean de gel o de solución salina, no presentan mayores niveles de silicona en su leche que las mujeres sin implantes de mama. Sin embargo, los implantes de mama y las cicatrices de la cirugía realizada para su colocación, pueden interferir en la capacidad de algunas mujeres para amamantar.

La incisión periareolar es la que más puede afectar a la lactancia. Algunas mujeres sufren mastitis, es decir una inflamación de los conductos mamarios, durante este periodo, lo cual puede causar una contractura capsular. Tomar antibióticos bajo prescripción médica en cuanto aparecen los primeros síntomas podría minimizar el potencial de que se produzca este problema.

El resultado final de la mama dependerá del balance entre el continente (piel) y el contenido (glándula, grasa, músculo pectoral y prótesis).

Además hay que ser consciente que la mayoría de las pacientes presentan asimetría previas entre sus dos mamas y entre los lados de su tórax, por lo cual, las pacientes que se someten a una cirugía de aumento mamario deberían aproximarse a su peso ideal antes y después de la intervención.

Una pérdida importante de peso podría afectar a los resultados y provocar insatisfacción. Se podría producir cierta ptosis (caída) y reducción del tamaño del pecho. Asimismo, un incremento de peso podría causar el aumento del tamaño de los mismos.

Los controles mamográficos apropiados para cada mujer según su edad pueden seguir realizándose, aunque se debe advertir la existencia de la prótesis.

Además de valorar periódicamente que los implantes permanecen en perfectas condiciones, todas las mujeres deben practicar autoexámenes de mamas. En caso de que te resulte  difícil realizarlo con los implantes mamarios, recomendamos revisión por tu cirujano o por tu ginecólogo. Ellos pueden recomendarte controles periódicos con ecografía o resonancia para verificar el correcto estado de tus implantes y tus mamas.

La seguridad de los implantes mamarios ha sido bien establecida mediante múltiples estudios científicos e incluso se mantiene la vigilancia actualmente. El cáncer de mama es una enfermedad que afecta tanto a mujeres con prótesis como sin ellas, por lo que deberías visitar a tu médico si notas: un bulto u hoyo de la piel en la mama o el pezón, cualquier cambio de forma, tamaño o piel de la mama.

También debes consultar con tu médico si has padecido una herida reciente en la mama, en particular en el caso de un trauma o compresión causados, por ejemplo, por un masaje extremo, alguna actividad deportiva o un cinturón de seguridad en un accidente. Si el implante ha resultado dañado, es posible que tenga que ser extraído.

La operación de elevación de pecho se realiza en un quirófano. Suele ser preciso el ingreso, dándote el alta al día siguiente.

La cirugía se realiza bajo anestesia general.

La intervención suele durar entre 1 y 3 horas, dependiendo de la dificultad del caso y las técnicas que se empleen para restaurar la forma armoniosa de los senos.

En general, las diversas técnicas pretenden conseguir restablecer una adecuada relación entre la piel mamaria (o continente) y el relleno (contenido), compuesto por la glándula mamaria, la grasa mamaria, el músculo pectoral y en ocasiones una prótesis que colocamos cuando la paciente quiere más volumen y relleno del que presenta de forma natural. Por supuesto, se suele aprovechar estas intervenciones para conseguir simetrizar lo máximo posible ambas mamas, ya que suele estar presente con frecuencia, algún tipo de asimetría.

Se procede a extirpar una zona de piel sobrante en general, alrededor de la areola y/o en los cuadrantes inferiores de las mamas para que las heridas y cicatrices resultantes queden ocultas por el sujetador.

El procedimiento es personalizado y optaremos por un patrón de incisiones u otro, según el grado de ptosis o caída que presenten las mamas, y el grado de corrección que pretendamos obtener. Así, para caídas leves podremos optar por diseños que ocasionarán una cicatriz sólo periareolar; patrones periareolar junto con una incisión vertical en cuadrantes inferiores en casos moderados; y patrón en T invertida en casos de ptosis graves o en pacientes que además de corregir la caída del pecho, éste pretenda ser reducido en el mismo tiempo quirúrgico, por el contrario, puede ser necesario colocar una prótesis debajo del tejido mamario o del músculo pectoral en mamas con poco volumen. Después de la cirugía se coloca un vendaje o un sujetador especial.

Tras la cirugía de mamas es normal encontrarse algo cansada unos días, pero podrás hacer vida casi normal a las 48-72 horas. La mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación prescrita por tu cirujano plástico, aunque las mamas pueden doler un par de semanas. El vendaje o los apósitos serán retirados en unos días, siendo sustituidos por un sujetador especial, que deberás llevar de la manera que re indique tu cirujano. Es normal tener una sensación de ardor en los pezones durante las primeras semanas.

Tras la mastopexia puede ser normal tener una disminución de sensación en los pezones; esta situación es generalmente temporal, excepto en algunas ocasiones que puede ser definitiva. Los puntos se retiran entre los 10 y 14 días; el edema no cede completamente hasta las 4 ó 6 semanas. Es aconsejable durante este periodo, la aplicación de masajes linfáticos.

Podrás volver al trabajo en pocos días, dependiendo de la actividad que realice.
Sigue las instrucciones de tu cirujano acerca de qué ejercicios puedes realizar; evitarás levantar objetos por encima de la cabeza durante 3 a 4 semanas. Tus mamas estarán más sensibles de lo normal durante 2 a 3 semanas, por lo que puede ser conveniente evitar un contacto físico excesivo hasta las 3 ó 4 semanas.

Los controles mamográficos apropiados para cada mujer según su edad pueden seguir realizándose.
La operación de elevación de senos o mastopexia es una técnica segura. Sin embargo, como en cualquier operación siempre pueden existir complicaciones y riesgos asociados.

La mastopexia deja cicatrices permanentes y visibles, aunque disimulables bajo el sujetador o el bikini, aunque su cirujano plástico hará todo lo que esté en su mano para que se noten lo menos posible.

Los problemas de cicatrización son más frecuentes en fumadoras. Con el tiempo, las cicatrices irán notándose menos. Al principio las cicatrices estarán rosadas, aspecto que mejorará continuamente desde las 6 semanas, alcanzándose el resultado definitivo pasado el año de la intervención. 

Los efectos de la mastopexia, aunque duraderos, no son permanentes, dependiendo de factores como nuevos embarazos, variaciones de peso y edad. Si se ha colocado una prótesis el efecto suele ser más duradero.

Una intervención similar a la de reducción mamaria, se lleva a cabo en aquellos casos en que la mama, sin ser excesivamente grande en volumen, ha sufrido una importante caída. En estos casos la resección de tejidos es mínima, ya que se aprovechan -a veces con la ayuda de una prótesis- para darle volumen y proyección adecuada a la mama, una vez que esta se ha remodelado en su posición ideal. En general las cicatrices son similares a las de la reducción mamaria, pero más pequeñas.

La cirugía de reducción mamaria se realiza en un quirófano bajo anestesia general.

En general se manda para estudio anatomopatológico, con la finalidad de descartar la presencia de cualquier tumor de mama que hubiera pasado desapercibido en los estudios de Radiología previos a la cirugía.

Una reducción mamaria dura entre 2 y 4 horas, aunque en determinados casos puede alargarse.

Existen diversas técnicas, pero generalmente las incisiones tienen forma de ancla colocándose alrededor de la areola, en una línea vertical hacia abajo desde la areola y en una línea horizontal en el surco que hay debajo del la mama. A través de estas incisiones se extirpa el exceso de piel, grasa y tejido mamario y se recoloca la areola y el pezón en su nueva posición; en algunos casos se puede asociar liposucción.

En la mayoría de los casos la areola se mantiene unida a sus vasos sanguíneos y a su nervios, manteniendo la sensación normal o casi normal; sin embargo, en casos de grandes reducciones puede ser necesario separar completamente la areola y situarla en su nueva posición, perdiendo la sensibilidad.

Tras la cirugía de mamas es normal encontrarse algo cansada unos días, pero podrá hacer vida casi normal a las 24-48 horas. La mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación prescrita por su cirujano plástico, aunque las mamas pueden doler un par de semanas; la primera menstruación tras una reducción puede hacer que las mamas se hinchen y duelan. El vendaje o los apósitos serán retirados en unos 3-4 días, siendo sustituidos por un sujetador especial, que deberá llevar de la manera que te indique. Es normal tener una sensación de ardor en los pezones durante las dos primeras semanas.

Después de la reducción puede ser normal tener una disminución de sensación en los pezones; esta situación es generalmente temporal, excepto en algunas reducciones que puede ser definitiva. Los puntos se retiran entre los 10 y 14 días; el edema no cede completamente hasta las 3 ó 6 semanas. Durante este periodo se recomiendan masajes linfáticos.

Tras una reducción mamaria podrás volver al trabajo en 3 ó 4 semanas, aunque en pocos días podrás hacer vida casi normal. Debes limitar las actividades físicas fuertes durante unas semanas, hasta que te recuperes de la operación. Durante 2 ó 3 semanas es conveniente evitar las relaciones sexuales para que no se inflamen las incisiones; durante 3 ó 4 semanas evite el contacto físico intenso de las mamas. Es normal que aparezcan pequeñas costras o un poco de líquido a través de las incisiones. Tu cirujano plástico te irá viendo durante los meses siguientes a la cirugía para ver la evolución. Si tuvieses alguna molestia entre visitas o alguna duda sobre lo que debes o no hacer, no dudes en llamarme.

Es importante recordar que tras una reducción las cicatrices son importantes y permanentes, aunque tu cirujano plástico hará lo posible por que se noten lo menos posible. Con el tiempo, las cicatrices irán notándose menos.

Aunque hay diferentes técnicas que se utilizan en función del tamaño del
pecho, edad de la paciente, etc., en general, son necesarias incisiones alrededor de la areola, verticales y horizontales en el pliegue submamario (en forma de ancla).
Las cicatrices resultantes de esta cirugía pueden en ocasiones hacerse abultadas o anchas, siendo conveniente, en estos casos, tratamientos complementarios como apósitos para presoterapia o infiltraciones de fármacos, etc.

Las orejas de soplillo y otras pequeñas malformaciones pueden tratarse con moldes de sujeción, pero esta técnica sólo es efectiva en los primeros meses de vida; en los casos de orejas en asa por falta de plicatura en el antehélix exclusivamente, existe la posibilidad de la colocación de un pequeño implante llamado Earfold con anestesia local.

En las grandes deformidades una alternativa a la cirugía es la colocación de una epítesis o prótesis.

¿Cuánto suele durar la intervención?. Dependerá de la alteración que vayamos a corregir, y de si hay que tratar una o las dos orejas, pero habitualmente estará cercana a los 60 minutos.

En pacientes adultos que no tengan aprensión a estos procedimientos quirúrgicos, y si la alteración de la forma de la oreja lo permite, puede ser suficiente con un bloqueo con anestesia local, alrededor de la oreja. En niños o en pacientes que no se sientan con capacidad para soportar la intervención con anestesia local, suele ser necesaria la sedación o la anestesia general.

Es posible, aunque raro, que se presente un episodio de hemorragia durante o después de la cirugía. Si ocurriera, podría requerir tratamiento de urgencia para drenar la sangre acumulada. No debe tomar aspirina o antiinflamatorios desde 10 días antes de la cirugía, puesto que pueden aumentar el riesgo de problemas de sangrado. La hipertensión (aumento de la presión sanguínea) que no está bien controlada médicamente puede ser causa de sangrado durante o después de la cirugía. Los cúmulos de sangre bajo la piel pueden retrasar la curación y causar cicatrización excesiva.

La infección es infrecuente tras este tipo de cirugía. Si ocurriera, podría ser necesario un tratamiento que incluyera antibióticos o cirugía adicional.

La disminución (o pérdida) de la sensibilidad cutánea suele recuperarse en un tiempo variable (6-12 meses).

Pueden producirse irregularidades tanto en el cartílago como en la piel que lo recubre. Además aunque es infrecuente, puede ocurrir que las orejas de soplillo se vuelvan a despegar parcial - o totalmente tras la cirugía. Otras malformaciones o deformidades también pueden reaparecer ya que el cartílago es elástico y tiende a recuperar su forma original.

Puede presentar dolor en la zona tratada después de la cirugía por diversos factores, como son, entre otros, la cicatrización anómala de la piel o tejidos profundos o los derivados de complicaciones descritas. Es muy raro que el dolor se mantenga en el tiempo, pero puede presentarse en muy raros casos, un dolor o molestia permanente.

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