Cirugía de orejas otoplastia
Cirugía de orejas otoplastia
La otoplastia es un procedimiento quirúrgico destinado a mejorar la forma, posición o proyección del pabellón auricular por diversos motivos: orejas en soplillo ( prominentes, en asa), orejas contraídas, microbios (orejas pequeñas), quemaduras, traumatismos, etc.
Existen diferentes técnicas de otoplastia (mas de 200) y su indicación varía según el tipo de deformidad. En general consiste en tallar y modelar el cartílago auricular y ajustar la piel al nuevo esqueleto cartilaginoso.
En algunas malformaciones es necesario tomar injertos de cartílago de la oreja sana o de las costillas.
En las grandes malformaciones nunca se consigue reconstruir una oreja “normal”.
En los casos más severos es frecuente que se precisen varias operaciones para obtener un resultado satisfactorio. Las deformidades menores también pueden precisar cirugía adicional.
En casos de asimetrías importantes entre las dos orejas puede ser preciso utilizar alguna de las técnicas de otoplastia para mejorar o disminuir la asimetría.
La incidencia de complicaciones aumenta en los casos de cirugía secundaria (existencia de cirugías previas o traumatismos o malformaciones sobre la misma zona anatómica), sobre todo cuando ya han existido previamente.
La recuperación de la otoplastia es bastante rápida y llevadera, si bien puede resultar un poco incómodo al principio el llevar la zona vendada, la finalidad es protegerla de agentes externos, y que la recuperación sea mejor.
Cuando llegue a casa, colóquese confortable en una silla, diván, o en una cama con la cabeza ligeramente levantada. La elevación de la cabeza durante los primeros 2 ó 3 días minimizará la inflamación y las molestias postoperatorias.
También podrá colocar una bolsa de hielo alrededor de sus orejas, sin quitar los vendajes y aislándolos con un paño delgado para no mojarlos. Esto tendrá por fin, reducir la inflamación y disminuirá considerablemente el dolor. Para mayor efecto, debe hacerse desde el mismo momento en que llegue a su casa y durante los 3 primeros días.
Es muy importante mantener las orejas protegidas hasta que disminuya la inflamación, se recupere el color habitual y se vaya estableciendo la forma definitiva.
Tras pasar los primeros 2-3 días, se retirará el vendaje permanente y se sustituirá el vendaje por una cinta ancha de pelo o de esquiar y el paciente podrá incorporarse a su vida cotidiana, bajo las instrucciones del especialista.
La hinchazón y los dolores de cabeza, son síntomas habituales, sobre todo el primero, e irán remitiendo con el paso de las semanas.
Las heridas pueden drenar líquido durante las primeras 72 horas y posiblemente por algún tiempo más, esto es normal. En las primeras 24 a 48 horas, el drenaje será de color rojizo y disminuirá en cantidad día con día. Deberá aplicarse un ungüento antibiótico sobre las heridas, con el fin de mantenerlas limpias y evitar la formación de costras en ellas.
La cara puede ser lavada al día siguiente de la cirugía . Evite lugares calientes (cocina, etc) durante los primeros tres días. También debe evitar agacharse, ya que esto podría causarle dolor y aumentar la inflamación.
Las equimosis o moretones en la piel de los oídos o alrededor son normales siguiendo a una otoplastía. Los moretones, así como el tiempo para que se resuelvan varían ampliamente, pero estos son usualmente leves a moderados y desaparecen en 7 a 15 días. Alguna inflamación se desarrolla siguiendo a la cirugía y tiende a incrementarse en el curso de los primeros tres días para luego ir resolviendo poco a poco durante el curso de una semana. Algún grado de inflamación podría persistir por algunos meses, la cual es muy sutil y no requiere de ningún medicamento.
El ejercicio debe ser evitado por lo menos durante tres semanas siguiendo a la cirugía. De igual manera, actividades tales como, nadar, levantar objetos pesados o agachar la cabeza por debajo del nivel del resto del cuerpo para así evitar el sangrado postoperatorio, inflamación y dolor.
Durante la cirugía la piel de sus orejas es despegada de las estructuras profundas, seccionando pequeños nervios que van hacia la piel. La piel tendrá una sensibilidad disminuida al tacto por varias semanas, pero esta sensibilidad gradualmente retornará a la normalidad. Durante este tiempo pueden ocurrir alteraciones de la sensibilidad que causan hiperestesia (una sensación molesta y dolorosa en desproporción con el estímulo aplicado); ocasionalmente podrá sentir punzadas en la zona operada, lo que es normal y es debido al proceso de cicatrización y regeneración nerviosas.
Debido a la disminución en la sensibilidad que puede ocurrir en sus orejas, evite exponerlas a temperaturas extremadamente frías para evitar lesiones por congelación. Si va a salir a la calle en sitios donde haya nieve, manténgalas bien protegidas.
En cerca de un 3% de los pacientes se pueden hacer hematomas o acúmulos de sangre entre el cartílago y la piel de las orejas, que requieren su extracción mediante aguja y jeringa como única medida de tratamiento. Este procedimiento habitualmente no es doloroso debido a la sensibilidad disminuida, como se explicó anteriormente.
En raras ocasiones, puede ocurrir una pérdida de la corrección con recurrencia de la deformidad, esta usualmente es evidente dentro de los primeros seis a ocho meses siguientes a la operación. Suele seguir a algún golpe, traumatismo o infección en la oreja. Dependiendo del grado de recurrencia y del malestar que esta pudiese causarle, podría ser necesaria la reintervención quirúrgica. Cualquier corrección deberá hacerse después de 6-12 meses de la primera cirugía. También podría existir algún grado de asimetría entre la posición de una oreja y la otra, usualmente mínima. Sin embargo, si esta fuera notoria y usted lo considerase necesario, haríamos las correcciones necesarias.